4ª
Parada del Camino.
Seguimos
en camino…
Hoy
Jesús conversa con Nicodemo, este es una buena persona, como tú, el busca la
verdad, al igual que tú, pero no está dispuesto a que los demás lo vean, y lo
puedan juzgar, por ese motivo se acerca a conocer a Jesús de noche.
De la misma manera que tu, yo…no queremos que
nuestra fe, ponga en riesgo la opinión que los demás tienen de nosotros/as.
Sin
embargo a este Jesús, le tiene preparada una sorpresa, esa misma está
preparada para ti.
Una lección sobre la importancia de los adverbios;
porque no es lo mismo, decir “Te quiero mucho” que decir “Te quiero tanto”.
Ya
que tanto, es inabarcable, que solo se puede expresar así… ¡Tanto!.
De
esta manera, tenernos que ser consientes, de que Dios nos ama tanto, que no
duda en enviar a su hijo para dar la vida por nosotros, esta es la verdad que Nicodemo
encontró al igual que nosotros, de manera que la noche se convirtió en luz.
Así
el AMOR que pone de Dios al quererte es tanto, que ser consciente de ello te
hace vivir en la LUZ, el resto de realidades, verdades, en tu camino, en tu
vida, pierden importancia.
De
modo, a partir de ahora solo hay una verdad, una verdad que salva; “Eres
amado/a tanto, tanto, y tanto…”.
Te
invitamos a que pares, por un momento durante estos días, y te hagas
consciente, de si conoces o no ese AMOR, del que Jesús te invita a participar, y
al igual que lo recibes de manera gratuita, reparte este en tus ambientes y se
fuente de vida, para cuantos te rodean, ya que aquello que se comparte, se
multiplica.
Recuerda…
¡Tanto, tanto eres querido/a y amado/a!.
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