Celebramos a todos los santos, esos que de manera cotidiana dan sus
vidas al servicio del otro de manera anónima, y nos dejan señas de su andadura
por el camino de la vida.
Para que sigamos su ejemplo, o simplemente para tocar nuestra vida e
invitarnos al cambio, a la acción...
Porque nosotros creemos en un Dios, al que no le vale andar él solo por
todo el universo, sino que se sirve de sus amigos, seguidores...
Él se nos
da, en cada persona, en cada gesto, siendo para nosotros alimento, descanso, tarea
y multitud de cosas más, sea quien sea quien nos lo pueda describir.
Según lo
admiren o sus sentidos nos lo den a conocer.
“El
nuestro es un Dios libre y único”, habita en la intimidad, donde cada persona
le da su lugar y este lo/a conoce.
Por eso
te invitamos a pararte por un instante y reconozcas a esos “Santos” cotidianos
con los que cuentas de una manera u otra y agradezcas por sus vidas en la tuya.
¿Puedes ser un
santo cotidiano?
¡Feliz día de todos los santos!
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