Hace unos días que viniste Señor,
pero es necesario que continúes viniendo hoy a nuestro mundo, que lo hagas cada
día en los ambientes cotidianos, de tantas personas que necesitan de tu ayuda,
de tu luz, alegría y vida.
“Por eso, date prisa Señor, no has
acabado de venir todavía...”
A ese anciano y anciana solos, a ese enfermo sin
esperanza, a ese emigrante e inmigrante sin techo ni medios para vivir,
a ese excarcelado sin saber a dónde ir,
a ese drogadicto que no puede salir del
túnel donde está metido, a tanto marginado, a tantas personas y países en
guerra.
“TODOS necesitan que sigas viendo, cada día en forma de regalo...
ese
regalo de cada persona, cada ayuda dada, cada abrazo...allí sigues viniendo.”
¿Con qué palabras les diré qué has venido?
Ya
viniste en carne humana, lo sé...
Sigues
viniendo de otra manera. Lo creo.
Pero...
Di
tú ahora Jesús.
Di
Jesús dónde hay conflicto, para que nazca la paz.
Di
Jesús dónde hay odio, para que resucite el amor.
Di
Jesús dónde hay sufrimiento, para que se transforme en gracia.
Di
Jesús dónde hay desencanto, para que se renueve la ilusión.
Y
di Jesús dónde se reza y se ama, para que aparezca Dios.
“Que
aquel que vino, venga cada día a nuestras VIDAS y seamos instrumento, para que allá
donde se necesite. Siempre llegue aquello
que haga del mundo, algo más justo y humano para todos, todas.”
“SEAMOS REGALO en cada pequeño gesto
de VIDA”
No hay comentarios:
Publicar un comentario