Hoy terminamos este tiempo de adviento con la vista puesta ya en
la preparación de la Noche Buena, nos queremos detener en unas palabras de
Martín Luter King, tomadas de uno de sus discursos.
Que dicen así:
“Hoy, en medio de la
noche del mundo, y en la esperanza de la Buena Nueva... y después de las
palabras de María; hágase en mi según tu palabra, afirmo con audacia mi fe en
el porvenir de la humanidad.
Me niego a creer que las
circunstancias actuales incapaciten al hombre para hacer una tierra mejor. Me
niego a compartir la opinión de los que pretenden que el hombre está tan
cautivo de la noche sin estrellas, del racismo, de la opresión y de la guerra,
que la aurora radiante de la paz y de la fraternidad no podrá nunca llegar a
ser una realidad. Me atrevo a creer que un día todos los habitantes de la
tierra podrán hacer tres comidas para mantener la vida de su cuerpo, y podrán
recibir la educación y la cultura necesarias para la salud de su espíritu, y la
igualdad y la libertad para la vida de su corazón. Creo, igualmente, que un día
toda la humanidad reconocerá a Dios, a la fuente de su amor. Creo que este amor
salvador y pacífico será un día ley”.
Paremos por un instante
y hagamos silencio ese que nos ayude... ¡Preparar la venida, su venida!
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