NUNCA ES TARDE PARA LA TERNURA
Nunca es tarde para abrirle la puerta y comenzar de nuevo.
Podemos acoger a un Dios que arriesga, y lo cambia todo para entrar en
la historia y decirnos que una Navidad con sabor a evangelio lo hará todo
diferente.
Desde La ternura pobre del pesebre ayuda a decir sí a lo que
importa y a recuperar nuestro centro en Dios.
¿Te atreves?
Como cada año, la ternura siempre llega a tiempo y llama una vez más
para recordarnos que nunca es tarde para abrirle.
Te invito ... a que abras y des un
sitio en tu vida a esa ternura.
Hecho Niño de nuevo, a que habite en tu corazón
y en tu vida y así la transmitas a cuentos/as tienen la suerte de compartir camino
contigo, de mil y una formas.
Enciende tu luz una vez más y
compártela.
¡Feliz
Navidad!
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