Hoy
se nos invita a estar atentos/as, a esperar...
“No sabemos ni el día ni la hora”
En
nuestro caminar por la vida, todo llega, va pasando y
Tú
eres, el único que permanece.
Todo
pasa, todo se acaba, todo tiene su final en mayor o menor medida, según de lo
que se trate... multitud de cosas tienen una vida fugaz.
¡Sólo tú vives para siempre!
Por
eso, he puesto mi confianza en Ti.
Tú
enciendes mi lámpara, haces que la esperanza permanezca.
Tú
alumbras mis tinieblas, haciendo que sean menos oscuras y se conviertan en luz
al avanzar.
Fiándome
de ti atravieso las dificultades, me aventuro.
Contigo,
vale la pena andar por tu camino.
El
miedo es menor, porque me siento seguro en ti.
Tú
eres el valor y el ánimo para la lucha cotidiana.
Tú
eres, el Dios de la vida.
Que
no olvidemos, esperarte y buscarte en nuestros ambientes...
Por ello te invito a estar atento/a y dejar un
lugar para aquel que viene y viene siempre para estar a nuestro lado.
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